A los chicos no les damos opotunidad para demostrar lo que son capaces de hacer. Los adultos insistimos tanto en las prohibiciones que los adolescentes tienen que gastar una parte importante de sus energías en saltárselas. Los adolescentes son capaces de pensar muy bien, de amar, de resistir el esfuerzo, de ser creativos y de asumir responsabilidades.
¿Conocemos chicos que han hecho cosas extraordinarias? Muchos, muchísimos… Os presentamos algunos:
Ana Frank, 14 años.Chica judía que vivió el régimen nazi. Decía: “Tengo muchísimo coraje, siempre me siento muy fuerte, como si pudiera soportar muchoá ms. ¡Me siento tan libre y tan joven! Me alegro mucho cuando me percato de ello, porque no creo que me vaya a doblegar fácilmente ante los golpes que, inevitablemente nos llegan a todos”.
La Rosa Blanca fue un grupo de resistencia formado por los hermanos Scholl y otros jóvenes en la Alemania Nazi. De la ejecución de Sophie queda el relato de su verdugo: “En los muchos años de mi oficio, jamás he visto a nadie que se enfrentara a los últimos instantes de su vida con tanta serenidad como esta muchacha menuda, de ojos profundos, casi una adolescente”.
Malala Yousafzai, 15 años. Desafió a los talibán para poder ir a la escuela, para que los niños puedan ir a la escuela. Fue tiroteada. Continúa su lucha.
¿Qué ha pasado para que estos chicos hiciesen cosas tan increíbles?
Su contexto, sus padres, sus profesores, su educación,… ¿quizas otros referentes cercanos?
Muchos compartimos la necesidad de recuperar el sentido de comunidad y recuperar los contextos educativos, en nuestros barrios, pueblos y ciudades. Los jóvenes necesitan los entornos adecuados para mostrar que tienen energía, talento y voluntad, que serán los que de verdad les supongan un reto, les responsabilicen y les den oportunidades de desarrollar habilidades útiles para sus proyectos de futuro (…) son curiosos, se adaptan con facilidad al cambio, interpretan activamente su experiencia (…)
Cuando nuestros barrios, colegios, escuelas, asociaciones de vecinos, centros de salud, no generan comunidad, se pierden oportunidades de promover referentes para los chicos que los necesitan. Cuando los padres no son competentes en cosas esenciales o se ha deteriorado demasiado el vínculo, podemos explorar qué otros referentes puede haber y quién puede ayudar mejor al chico. Siempre hay oportunidad de cambio. Siempre hay oportunidad de crecer, de reparar, de construir.
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