La infidelidad es una de las razones que trae a la pareja a terapia. ¿Cómo es la terapia de pareja en estas circunstancias?
En los últimos años la terapia de pareja ha ido dando más peso a la relación que a las dificultades individuales que los miembros de la pareja “traían”. Se entiende la pareja y el matrimonio como una tercera realidad, en la que el compromiso es con las necesidades de la relación.
Se podría expresar de la siguiente forma: si pones en primer lugar tu relación puedes tener un efecto paradójico de satisfacer tus necesidades en maneras que nunca serían posibles si las pusieras en primer lugar. Pueden surgir hasta nuevas vías neurales que reemplacen las antiguas vías disfuncionales.
¿Quién no quiere sentirse amado? Ser capaces de ser nosotros mismos, sentirnos apreciados, valorados y protegidos. La infidelidad rompe esta seguridad, esta confianza. Algunos ejemplos de infidelidadson: la cercanía emocional con un tercero; compartir un secreto de pareja con otra persona; coquetear con otra persona online o presencial; tener relaciones sexuales con otra persona; uso de pornografía o todo aquello que haga daño a la intimidad de la relación que has creado con tu cónyuge. La infidelidad nos duele y dinamita la confianza.
¿Cómo restaurar la confianza?
Es complicado pero no imposible.
En terapia trabajamos la historia de la pareja y también la historia de la infidelidad. Buscamos las palabras de los miembros del matrimonio y construimos un relato con ellos, que no entre en detalles sórdidos que hieren,y que sea verdad para los dos. Es importante que la persona que ha hecho la ofensa asuma el 100% de su responsabilidad. Que sinceramente lo reconozca y pueda mirar la herida generada con la idea de reparación, perdón, conexión emocional. Un previo: que se rompa sinceramente la relación con la tercera persona.
El proceso requiere tiempo y espacio para que cada uno pueda situarse en el momento actual, pensar qué quiere hacer, hacer balance de su relación,… No son buenas las prisas de mirar hacia adelante y tener “perdón” rápidamente.
Suelen hacerse peticiones al que fue infiel, peticiones que han de ser atendidas para favorecer el proceso. Por ejemplo a veces se necesita cierto alejamiento de ambientes; o puede pedir cosas que podrían parecerles absurdas en otros momentos (evitar ciertas expresiones, consultar el teléfono del otro de vez en cuando, tirar ciertas cosas que recuerdan, etc).
Construir una relación nueva
Cuando se puede avanzar en construir la relación porque el dolor ya les deja hacerlo, hacemos propuestas para que se conecten emocionalmente: cosas que han dejado de hacer y les gustaba hacer juntos, lecturas, trabajillos, caricias, citas, diálogos, mirarse a los ojos, tocarse, momentos de intimidad, y vamos viendo poco a poco, cómo se van encontrando en esas situaciones y qué pasos quieren dar para acrecentar el amor.
Factores de riesgo y factores de protección
Dicen algunas encuestas sobre infidelidad que las «razones» para ser infiel son entre otras: falta de atención en la relación, falta de relaciones sexuales, rutina, aburrimiento, fuerte atracción sexual. Y también ser una persona impulsiva, con baja autoestima y/o superficial (no valorar las consecuencias adecuadamente).
Los motivos para no engañar tienen que ver con razones morales, poner una «barrera» protectora, el miedo a la soledad, la preocupación por los hijos, los efectos en otras personas y hacer daño a la pareja.
Así que, teniendo en cuenta esto, parece que pueden ser factores protectores: el diálogo, la conexión emocional, las convicciones, el trabajo en la relación, valorar la propia historia de amor.
Comprender al otro
Comprender al otro no significa justificar sus actos. El otro puede tener dificultad para vincularse de forma auténtica, o bien, puede ser una persona muy impulsiva y con baja autoestima. Hablar de ello, reconocer lo que le cuesta al otro, es importante para poder ayudarlo y mejorar la seguridad en la relación.
Comprender que el hecho de una infidelidad no significa ser infiel para siempre, que las personas podemos cambiar, mejorar, aprender.
Comprender que el matrimonio o la relación de pareja estaba también dañada previamente en muchos casos, no resta gravedad al hecho de la infidelidad, y sí abre posibilidades de encontrarse de nuevo en una relación mejor. Lo cierto es que en ocasiones la infidelidad ocurre tras un período de alejamiento emocional en la pareja, de falta de relaciones, de aburrimiento y rutinas, o de otras cosas que generan insatisfacción.
Reconocer que algo de esto ha ocurrido puede posibilitar cogerse de la mano y trabajar juntos en un matrimonio que requiere acción siempre, y es que AMAR es un verbo.